¿Alguien se puede resistir a este delicioso postre italiano?
MI PEQUEÑA HISTORIA
Tengo que reconocer que el café solo no me gusta, y si es expreso encima no me sienta bien, pero los dulces que tienen el café como parte de su receta me entusiasman y me sientan de maravilla.
A parte de la pasta, este es uno de los primeros platos legítimamente italianos que aprendí a hacer, la verdad es que no los suelo hacer demasiado, pero así lo disfruto más cada vez que lo preparo y claro luego lo degusto.
Mi marido tiene un primo que vive en Italia, es un buen cocinero y por el chat familiar, bendito WhatsApp, me ha animado a incluir en blog este postre, él mismo nos ha hecho llegar esta receta genuinamente italiana, así que Asier, va por ti y tú gente.
INGREDIENTES
Para cuatro personas
500 ml de café
1 copa de Oporto
125 gr de azúcar blanquilla
5 huevos L
500 gr de queso mascarpone
1 paquete de bizcochos secos.
25 gr de cacao puro en polvo
ELABORACIÓN
Es un postre que se hace muy rápido, pero hay que tener un poco de paciencia para disfrutarlo. Lo que resulta imprescindible es la ayuda de la tecnología, así que la batidora o una procesadora nos descargarán de trabajo.
Lo primero que tenemos que hacer separar las claras de las yemas de los huevos.
Se ponen las claras en un bol, añadiremos una pizca de sal, y utilizando la batidora se procederá a levantar las claras a punto de nieve fuerte.
Sabremos que están listas porque al dar la vuelta al bol las claras no se caen. Reservarlas.
Poner las yemas con 100 gr de azúcar, son cinco cucharadas soperas, en el bol de la batidora.
Batir las yemas con el azúcar hasta que la mezcla quede como una crema y tome un color casi blanco.
Aportar los 500 gr de queso mascarpone y continuar batiendo hasta que los ingredientes estén perfectamente integrados.
Lo siguiente es incorporar las claras que teníamos reservadas sobre la crema de las yemas, azúcar y queso; e integrarlas a base de movimientos envolventes con una paletina.
Para que todo quede como una crema muy fina, se puede finalizar usando la batidora.
La crema está conseguida si poniendo una cuchara de palo en vertical en la crema ésta se aguanta.
Mientras preparamos el resto de los ingredientes guardar la crema en el frigorífico.
Poner el café en un recipiente en el que quepan los bizcochos, deberá estar a temperatura ambiente y añadir 25 gr de azúcar, una cucharada, y la copa de Oporto, se puede utilizar el licor dulce que más te guste.
Preparar el recipiente donde se vaya a montar el postre y poner una capa de la crema en el fondo.
Ir mojando bizcochos en el café y colocándolos de forma ordenada encima de la crema hasta cubrir toda la superficie del recipiente.
El paso más importante, a mi juicio, está en el tiempo que se sumergen los bizcochos en el café, el truco está en mojarles lo suficiente para que se empapen pero no se rompan, es por lo que cada uno deberá probar un poco con los bizcochos que se vayan a utilizar; en mi caso, prefiero los bizcochos del tipo seco ya que dan más tiempo al manejo, con los de soletilla, por ejemplo, el remojado deberá ser muy rápido.
Tapar los bizcochos con otra capa de crema y colocar otra capa de bizcochos mojados en café tal como se había hecho con la primera capa.
Volver a tapar la capa de bizcochos con crema.
Hay que intentar dejar la parte superior lo más igualada posible.
Con ayuda de un colador fino, espolvorear toda la superficie del tiramisú con el cacao en polvo, el plato está acabado.
Acabado, pero todavía no está listo para tomar, hay que meterlo en el frigorífico y esperar al menos 4 horas para que esté asentadito, pero si lo dejas 24 horas mucho mejor, la paciencia es una virtud.
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