TARTA FLOR

Sorprendente, fácil y delicado sabor.

MI PEQUEÑA HISTORIA

Una tarde de esas lluviosas, que solemos disfrutar por el Norte muy habitualmente, estaba aburrida y me dediqué a buscar en internet tartas con nombres curiosos, así que puse en el buscador “tarta flor” y de repente, allí estaba, su espectacular aspecto me deslumbró, así que rápidamente me estudié la receta y me pareció sencillísima.

Se trata de una tarta de origen griego, allí se llama “galatopita” que significa hecha con leche; y es que se hace con tan solo pasta filo y unas natillas.

La pasta filo (hoja en griego) es una masa muy empleada en los países del Este del Mediterráneo. Se trata de una masa que se presenta en hojas muy delgadas y que se puede emplear en multitud de preparaciones, como el pastel de espinacas que ya publiqué el este blog, o uno de mis pasteles favoritos el baklaba.

Esta tarta es muy sorprendente al sacarla a la mesa ya que tiene gran vistosidad, la pasta filo se asemeja a los pétalos de una flor y su sabor es delicado.

INGREDIENTES

Para seis personas

• 1 paquete de pasta filo (250 gr.)

• 400 ml de leche

• 150 gr de azúcar

• 3 huevos tamaño L

• 1 limón (utilizaremos la piel)

• 1 rama de canela

• 50 gr de mantequilla

• 15 gr de azúcar glasé

ELABORACIÓN

Lo primero quiero comentar dos cosas, la primera es que aunque la pasta filo es de fácil elaboración en casa lleva bastante tiempo, así que no merece la pena liarnos con ello salvo que se deseen hacer hojas muy grandes, por tanto es mejor comprarla.

La segunda cosa a comentar es que para esta elaboración he utilizado un molde de 24 cm de diámetro.

Comenzamos por precalentar el horno a 175º con calor arriba y abajo.

Utilizando un pelador bien afilado sacar la piel de limón con cuidado de no coger la parte blanca ya que amargará.

En un cazo se pone la leche, la piel del limón y la canela, se lleva al fuego y se pone a calentar a fuego medio.

Cuando la mezcla esté a unos 50º, un poco más que tibia, se añade el azúcar y con unas varillas o una cuchara de madera se revuelve hasta que se disuelva.

Se lleva la mezcla a ebullición, momento en que bajamos el fuego para que la leche no suba y se salga del cazo, dejando cocer durante 1 minuto.

Pasado el minuto se retira la mezcla del fuego y se deja infusionando.

Por otro lado, derretir la mantequilla hasta que esté líquida, en el microondas se tarda unos 40 segundos.

Con un pincel se engrasará el molde.

Ahora se extiende la pasta filo sobre la mesa y se pincela con la mantequilla la primera de las hojas, hasta que esté totalmente engrasada, a continuación se la plegará, como si estuviéramos haciendo un abanico de papel, pero sin marcar los dobleces.

Luego la enrollaremos sobre si misma y la colocaremos en el centro del molde, como si fuera el capullo de la flor.

Con las siguientes hojas se repite el mismo proceso de pincelado y plegado, las hojas se irán colocando en espiral rodeando cada hoja a la anterior.

Así hasta cubrir totalmente el molde

Una vez cubierto el molde, se meterá en el horno durante 15 minutos para que la pasta se dore un poco.

Mientras la pasta está en el horno, se continúa con el relleno, que es algo parecido a preparar un flan, para ello, en un bol se baten los huevos.

Una vez batidos los huevos, sobre éstos se vierte la leche que habíamos dejado infusionando y que ya estará tibia, pero para evitar que se pudieran cuajar se hará en forma de hilo, osea, muy poco a poco, colándola y revolviendo la mezcla resultante.

Pasados los 15 minutos de horno, se saca el molde con la masa filo.

Se vierte la mezcla líquida sobre la masa repartiéndola bien por todas las partes.

Y nuevamente se mete el molde en el horno, ahora por espacio de 20 minutos.

Se puede comprobar que la tarta está hecha si al pinchar el centro con una aguja ésta sale limpia.

Con ayuda de un colador se espolvorea el azúcar glasé por toda la superficie de la tarta y con esto queda finalizada.

Ahora solo queda sorprender a vuestra familia y amigos, seguro que algunos aplausos os dedicarán.