Otra receta que demuestra que la sencillez nunca está reñida con la elegancia
MI PEQUEÑA HISTORIA
Este plato nos trae muy buenos recuerdos a toda la familia. Hace ya unos cuantos años, nuestra hija pequeña tenía dos, fuimos a Cádiz a visitar a un compañero de carrera de mí marido. Debo decir, que Cádiz nos encantó y que lo pasamos de maravilla ya que Antonio y su esposa fueron unos grandes anfitriones.
Una de las visitas que hicimos fue a la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre en la preciosa ciudad de Jerez de la Frontera, a toda la familia nos encantan los caballos, pero lo de mi hija mayor, Aida, es verdadera pasión. Cuando salimos fuimos a comer a un restaurante de la zona y fue allí donde probé por primera vez este plato, que me encantó.
Cuando volvimos a casa empecé a documentarme sobre la receta y sobre el vino, el Pedro Ximénez, con ese dulzor tan especial que te recuerda claramente a las pasas con las que se hace; el caso es que descubrí un plato que no solo era riquísimo sino también fácil y rápido de hacer.
A lo largo de los años he probado diferentes recetas y esta que presento es la que más me convence, me gusta partirlo en medallones y pasarlos por la plancha para que quede en estas el tostadito que les da un toque especial.
Como podréis comprobar una receta de diez, extraordinaria para aquellos días que tienes poco tiempo para cocinar pero quieres hacer algo un poco especial y con elegancia y que a mí siempre me recordará a Cádiz.
INGREDIENTES
Para cuatro personas
2 solomillos de cerdo
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (para la plancha)
1 cebolla
2 dientes de ajo
250 ml de caldo (un vaso)
125 ml de vino Pedro Ximénez
50 gr de pasas de corinto
15 gr de piñones
1 cucharada de harina
6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (para la salsa)
Sal y pimienta
ELABORACIÓN
El plato se hace con dos elaboraciones, por un lado el solomillo y por otro la salsa, que se juntan al final, como no son nada complicadas se pueden llevar en paralelo y ahorrarás tiempo.
Poner la pasas a remojo con un poco de agua, también se puede utilizar caldo.
Limpiar bien los solomillos de grasa, y partirlo en medallones de unos dos centímetros y salpimentar al gusto.
Poner una carmela o sartén a fuego fuerte con dos cucharadas de aceite.
Cuando el aceite esté caliente poner los medallones en la carmela, lo que se busca es que la carne se selle, así que con un minuto por cada lado será suficiente.
A medida que los medallones se vayan dorando se sacan a una fuente o plato y se reservan, luego se recuperarán los jugos que se han quedado adheridos a la carmela.
Para empezar con la salsa lo primero es cortar la cebolla en juliana fina y los ajos en daditos pequeños.
Poner a fuego medio una cazuela o sartén en la que se vierten las seis cucharadas de aceite de oliva, añadir la cebolla y los ajos. Salar.
Dejar pochar hasta que la cebolla esté transparente, en unos diez minutos estará lista; si observas que la cebolla se pudiera quemar se puede añadir un poco de agua.
Pasado el tiempo indicado se echa la cucharada de harina que mezclaremos con la cebolla.
Después se vierte el caldo.
El Pedro Ximénez.
Y los jugos recuperados de la carmela dónde habíamos sellado la carne, para ello con la carmela caliente se echa un poco de agua y con ayuda de una espátula se rasca ligeramente la superficie y se obtendrá una especie de salsa.
Mantener la cazuela a fuego medio revolviendo de vez en cuando mientras el alcohol del vino evapora y la salsa coge cuerpo; en unos ocho o diez minutos está lista, la salsa no debe quedar demasiado densa pero tampoco líquida.
Incorporar los medallones de solomillo, las pasas y los piñones..
Cocinar todo el guiso por espacio de tres minutos para que se acabe de hacer el solomillo y todos los sabores se integren.
El plato está finalizado, se puede acompañar con lo que te apetezca arroz, patatas fritas, ensalada, etc.
Ya solo queda emplatar y que comience la fiesta.
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