MEJILLONES FLORA

Una estupenda receta que sirve tanto para entrante como para plato principal.

MI PEQUEÑA HISTORIA

Ya os he comentado que aunque soy de Madrid, como mi familia paterna es de Burgos he pasado allí numerosas temporadas que me han cundido bastante porque incluso me casé allí; no sé, es posible que el frío enganche.

Pues bien, en la ciudad del Cid, hay un bar, que lo conoce todo el mundo, que se llama “La Mejillonera”, donde hemos pasado grandes ratos con los amigos; no es muy difícil adivinar su especialidad, los mejillones y entre sus varias recetas la denominada a la escocesa es la que más me gusta y habitualmente la tomamos de aperitivo.

El caso es que el último verano, como hacemos de forma habitual y a pesar del COVID, pudimos quedar para comer y pasar un buen rato con nuestros amigos Flora y Juan, al final las charlas de futbol y recetas son parte de los buenos momentos; en una de esas charlas Flora me comentó que a ellos les gustaba preparar los mejillones con tomate y los tomaban de cena y se me quedó por algún rincón de mi cabeza.

No sé por qué, seguramente por salir mentalmente del confinamiento, aunque ahora esté relajado, se me ocurrió mezclar ambos recuerdos y el experimento no salió nada mal, así que decidí nombrar este plato con el nombre de mí amiga.

INGREDIENTES

Para cuatro personas

• 1 kg de mejillones

• 1 cebolla mediana (200 gr aproximadamente)

• 2 dientes de ajo

• 250 gr de salsa de tomate

• 1 vaso del caldo de los mejillones

• ½ vaso de vino blanco

• ½ vaso de agua (por si hace falta)

• 1 cucharada de harina

• 1 cucharadita de pimentón dulce y picante

• 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

• 1 hoja de laurel

• Sal y pimienta

ELABORACIÓN

Se trata de una receta muy sencilla que te quedará bien seguro siempre que sigas la ley de oro de los moluscos bivalvos que cinsiste en desechar las piezas que en crudo estén abiertas y las que queden cerradas una vez cocinados.

Si se compran los mejillones en crudo lo primero que toca es limpiarlos bien, luego se ponen en una satén o cazuela, sin añadir líquido, se tapan y a fuego fuerte se dejan para que se abran, una vez abiertos se pasan a una fuente y se reservan, el líquido que han soltado se recoge en un vaso y se reserva también.

Una buena opción, que es la que he utilizado yo en este caso, consiste en comprar los mejillones ya cocidos al vacío, vienen con su propio jugo y se ahorra mucho tiempo y trabajo.

Una vez abiertos y ya al menos templados hay que eliminar el resto de las cuerdas, donde se crían en las bateas, que pudieran estar pegados a la carne.

Picar la cebolla y los ajos, ponerlos en una sartén con el aceite, salpimentar al gusto y pochar a fuego suave unos 10 minutos.

Hasta que la cebolla esté transparente.

Añadir la harina y rehogarla un minuto.

Incorporar el pimentón.

El tomate y la hoja de laurel y remover para que todo se homogeneice.

Incorporar el caldo de los mejillones, un vaso, en el caso de que no hayan dado suficiente caldo se completa con agua.

Y el vino.

Remover y dejar cocinar a fuego suave durante 10 minutos para que se evapore el alcohol y se vaya trabando la salsa.

En el caso de que hubiera quedado excesivamente espesa se puede aflojar con un poco de agua, pero teniendo un poco de cuidado y retirándola cuando esté a nuestro gusto no habrá problema.

Pasar la salsa con la batidora, para esto se puede pasar a un vaso batidor o en la propia sartén, si se desea una salsa más fina se puede utilizar el pasapuré y/o el chino.

Después de pasar la salsa hay que volver a cocinarla un par de minutos para que vuelva a coger color, ya que al batirla habrá quedado un poco más blanquecina.

Finalmente se vierte la salsa sobre los mejillones.

Y el plato está listo para degustar.