Con una base muy modesta se crea un producto digno de las mejores mesas.
MI PEQUEÑA HISTORIA
En la entrada anterior os he presentado un conejo guisado al estilo de mi madre; allí os comenté que no utilizaba las vísceras para esa receta, pero da pena tirar unos estupendos hígados.
A mis hijos el hígado preparado en las formas habituales, encebollado, empanado, etc., no les gusta nada, pero la palma se la lleva mi marido que ni siquiera puede verlo comer, en fin cada uno tenemos nuestras cosas.
El caso es que mi marido me recordó que cuando su familia hacía la matanza en el pueblo, que a poco que sigáis el blog sabréis que es Pradoluengo, utilizaban el hígado del cerdo para hacer un tipo de foie gras, que cuando lo probé me sorprendió muy agradablemente.
Así que, con esa base y consultando otras recetas, la que más me ha gustado es la de Gastronomía&Cia, he versionado el paté que os presento, que resulta muy interesante y con un toque distinguido.
INGREDIENTES
120 gr de hígado de conejo (dos hígados)
50 gr de manteca de cerdo (si es posible ibérico)
½ cebolla
2 dientes de ajo
1 copa de brandy
50 ml de nata
1 cucharadita de azúcar moreno de caña
Comino
Hierbas provenzales
2-3 cucharaditas de pasta de setas y trufa
Sal
Pimienta.
ELABORACIÓN
Picar media cebolla finamente, en brunoise, y reservar.
Picar los dos dientes de ajo en cubitos pequeños y reservar también.
Para finalizar los pasos previos picar los hígados lo más finamente que puedas, para este paso es interesante disponer de una maquina picadora, pero dado el tamaño de las piezas con un cuchillo bien afilado se hace perfectamente.
Poner una satén a fuego medio y añadir la manteca de cerdo.
Cuando la manteca esté disuelta y caliente se pone la cebolla con un poco de sal.
Se deja sofreír la cebolla a fuego medio-bajo durante 10-12 minutos, hasta que tome color.
Pasado el tiempo indicado se incorpora el ajo picado y se deja sofriendo otros 2-3 minutos vigilando que no se queme ni arrebate el ajo.
Es el momento se añadir el hígado.
La cucharadita de azúcar moreno.
Y salpimentar al gusto, a mí me gusta con bastante pimienta.
Se sube el fuego un poco, a medio y se deja cocinar 2 o 3 minutos, hasta que el hígado se dore.
Se añade el brandy y se deja que evapore el alcohol, otros dos minutos serán suficientes, también se puede flambear.
Añadir el comino, las hierbas provenzales y un par de cucharaditas de pasta de setas y trufa, estos condimentos se pueden sustituir por los que más te gusten como romero, tomillo, trufa rallada, etc.
Bajar un poco el fuego y dejar cocinar la mezcla otros 10 minutos hasta que todo esté tostadito.
Trasvasar la mezcla a un vaso batidor.
Añadir los 50 ml de nata.
Triturar la mezcla con la batidora hasta conseguir una masa homogénea con el típico aspecto del paté.
Pasar el paté a un recipiente de tamaño adecuado preferiblemente que no sea de plástico y que tenga tapa.
Meter el paté tapado en el frigorífico al menos durante dos horas y estará listo para su consumo.
Con mermeladas rojas o cebolla caramelizada funciona de maravilla; tus invitados quedarán encantados a la par que sorprendidos.