Con esta receta se demuestra que la acelga no tiene nada de triste.
MI PEQUEÑA HISTORIA
A mi hija Iris le encantan las acelgas. Cuando iba a buscarle al colegio al mediodía, siempre venía corriendo y preguntando ¿qué hay para comer hoy? Si yo le respondía “acelgas” ella exclamaba ¡BIIIIEN!, ante el estupor del resto de los compañeros, padres y madres.
Esto no es muy corriente, en mi familia a dos de mis hijos les encantan y a otras dos no les hace demasiada gracia. Mi marido tampoco es un fanático, pero se las come, tiene que dar ejemplo.
Hasta aquí todo normal, pero si tienes una amigo, como es nuestro caso, que es hortelano y te regala verduras en cantidades industriales, muchas gracias Jose, la cosa se complica y hay que buscar nuevas formas de cocinarlas para evitar el cansancio.
Así que, me embarqué en la tarea de buscar recetas para cocinar las acelgas de formas diferentes y si era posible que gustaran a todos.
Una de las recetas que más satisfacciones me ha dado es la que os voy a presentar, ya que el resultado final es, además de bonito, del gusto de toda la familia, así que espero que os sea útil a todos.
INGREDIENTES
Para cuatro a seis personas
1 kg de acelgas
1 cebolla
2 dientes de ajo
4 huevos
100 gr queso rallado (tipo emmental)
100 gr de jamón serrano
100 gr queso fresco tipo mozzarella, de Burgos
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
Nuez moscada
Mantequilla (para engrasar el molde)
1 paquete de hojaldre o masa quebrada
ELABORACIÓN
Para la confección de esta receta en casa solo utilizamos las hojas ya que reservamos las pencas para otras preparaciones, únicamente las utilizo si estas son muy finas.
Lo primero es picar y cocer las hojas de las acelgas en agua con un poco de sal, escurrirlas (nos ayudamos con las manos ya que no interesa un exceso de agua) y reservarlas. Es interesante cortar la cocción echando las acelgas en agua muy fría, así quedará un color verde más intenso.
No es necesario que la acelga esté totalmente cocida, ya que luego se acabará de hacer en el horno, así el tiempo de cocción dependerá de la olla que se utilice, en la rápida con 1-2 minutos será suficiente, en la exprés en 3-4 minutos estarán listas, otra posibilidad es rehogarlas con un poco de aceite en una sartén, quedarán un más crujientes y nos ahorramos escurrirlas.
En un cazo se cuecen dos huevos, en 10 minutos desde que el agua hierva estarán preparados, se refrescan y se reservan.
Picar la cebolla y los dientes de ajo en daditos. En una sartén verter el aceite y a fuego medio sofreír el ajo y la cebolla hasta que esta esté transparente, unos 4 minutos.
Sobre el sofrito añadir las acelgas cocidas y el jamón serrano picado en daditos.
Saltear 2-3 minutos. Retirar el sofrito del fuego y dejar templar.
En un bol se baten dos huevos con un poco de sal.
Sobre los huevos batidos se añaden el sofrito de las acelgas y el queso rallado; en este paso se aprovecha para salpimentar al gusto y poner un poco de nuez moscada. Mezclar todo hasta que se homogeneice.
Pelar los huevos duros, aplastarlos con un tenedor y reservarlos. Por otro lado desmenuzar el queso blando en trocitos pequeños y reservar.
Engrasar un molde redondo de 26 cm, y colocar la base de hojaldre, yo me suelo ayudar del papel en el que viene envuelto, así se toquitea menos la masa.
Con un poco de habilidad se conseguirá cubrir el molde con la masa de hojaldre, entonces recortar el sobrante.
Verter el sofrito en el molde, nivelar moviendolo un poco.
Encima de todo incorporar los huevos duros y el queso fresco.
Remover un poco la masa para que salga un poco de acelga a la superficie.
Meter el pastel al horno que tendremos precalentado a 180º durante 30 minutos y la magia estará hecha.
Dejar que se enfríe un poco para poder desmoldar y luego toca sorprender a los comensales. El resultado es espectacular a la vista y delicioso al gusto.
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